Ya han pasado las Fiestas de San Cosme y San Damián. Las he disfrutado muchísimo, con los amigos, la familia y los compañeros del partido. Han sido unas fiestas distintas, lo llevan siendo estos últimos años. La cantidad de cambios y la pérdida de algunas señas de identidad, las hacen distintas; más frías, más sosas, menos arnedanas.
Estas fiestas han tenido dos protagonistas indiscutibles: los ciudadanos y las peñas. Sin el esfuerzo y el trabajo altruista de las peñas de Arnedo, las fiestas no tendrían ningún sentido. Los ciudadanos, con su actitud ante la fiesta, las han hecho sobrevivir. No soy partidario de la desmembración de la fiesta en la ciudad. El barrio de la Paz se ha quedado huérfano de fiesta, el centro de la ciudad también. Soy partidario de devolver algunas cosas donde estaban, que la fiesta gire entorno a la Puerta Munillo, que haya fuegos artificiales y que las fiestas vuelvan a ser lo que eran.
He podido hablar con muchísima gente de este y otros asuntos. Los ciudadanos muestran su cabreo y nos lo hacen llegar de una manera tranquila y propositiva. Hay que repensar muchas cosas y reflexionar sobre las fiestas que queremos. Yo lo tengo claro, y defiendo la tradicionalidad y la fiesta en la calle, en el centro de Arnedo, como siempre. Gracias a todos por hacernos llegar vuestras inquietudes y permitirme hacer esta reflexión que nace del pueblo.
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